martes, 22 de octubre de 2013

Llueven diamantes en Júpiter y Saturno, Se desintegra la estrella más grande del universo

Llueven diamantes en Júpiter y Saturno

No solo en las minas de Botswana, Rusia y Canadá hay diamantes. Y aunque no son eternos en otros mundos, sí abundan. 

Bueno, existen en otros planetas cercanos para ser más exactos.

Astrónomos reportan ahora que sus cálculos y modelos indican que sobre Júpiter y Saturno, o al menos en una parte de estos inmensos planetas de nuestro Sistema Solar, llueven diamantes.

Quizás no sean tan grandes para ganarse el reconocimiento de los diamantes más valiosos, pero sí lo suficiente para adornar cualquier anillo de bodas.

Se sabía que diamantes deben existir en otros planetas como Neptuno y Urano, y solo se sugería la posibilidad en Saturno y Júpiter. 

También se han sugerido en un distante planeta, un mundo oscuro posiblemente de carbono: en 55 Cancri, en el más pequeño de ese sistema planetario de cinco planetas a 40 años luz.

En esta ocasión, Mona L. Delitsky, de California Specialty Engineering en Pasadena, California, yKevin H. Baines de la Universidad de Wisconsin-Madison utilizaron nuevos datos sobre los planetas para ver si los diamantes podían permanecer estables en el interior de Júpiter y Saturno.

El proceso
El carbono abunda en esos gigantes en forma de cristales. Las tormentas eléctricas convierten el metano en carbono, que al precipitarse se endurece en pedazos de grafito y luego diamante.

En esos planetas, en especial en Saturno, la sonda Cassini que estudia el sistema de anillos y lunas, ha detectado la presencia de tormentas.

Las piedras preciosas para los humanos, sin embargo, se podrían derretir en un mar líquido en los muy calientes núcleos planetarios, de acuerdo con los investigadores.

Baines habló del estudio en el encuentro anual de la División de Ciencias Planetarias de la Sociedad Americana de Astronomía, en donde explicó que "los diamantes probablemente serían de un centímetro de diámetro, suficiente para un anillo". Lógico, no estarían tallados.

Los cálculos de los expertos sugieren que en solo Saturno se producirían 1.000 toneladas de diamantes al año (en la Tierra pueden producirse alrededor de 26 toneladas).

¿Cómo lo saben? Por los análisis químicos. 

Baines y Delitsky analizaron datos de presión y temperatura en el interior de los planetas, así como datos de cómo se comporta el carbono en distintas condiciones.

Fue así como concluyeron que los cristales estables de diamante deben precipitarse sobre una gran región de Saturno en particular.

El proceso de formación comienza con los rayos en la atmósfera superior, que convierten metano en hollín. Cuando este cae, hacia los 1.600 kilómetros se convierte en grafito, ese tipo de carbono de los lápices.

A una profundidad de 6.000 kilómetros, esos pedazos se endurecen y se convierten en diamantes.

Si alguien pudiera recuperarlos, tendría que ser en ese punto. Los diamantes caerán otros 30.000 kilómetros y a esa presión no podrían permanecer sólidos, dijeron.

El destino final no se conoce, aunque podría ser un mar de carbono líquido.

Otros datos
En la Tierra los diamantes se forman a una presión entre 45 y 60 kilobares, pero a una temperatura relativamente baja: de 900 a 1.300 grados centígrados.

Hay que recordar que el radio de Júpiter es de 69.911 kilómetros y el de Saturno de 58.232, frente a los 6.371 kilómetros del radio de la Tierra. Las presiones deben ser casi infernales.

Por eso los diamantes, a diferencia de la célebre novela de Ian Fleming que personificó el agente James Bond (Sean Connery ) no son eternos en esos mundos, a diferencia de Neptuno y Urano en donde las menores temperaturas en los núcleos permitirían que perdurasen.

Aunque el estudio no ha sido sometido a revisión de pares, Raymond Jeanloz, uno de los primeros en predecir la existencia de diamantes en Nepturno y Urano dijo a la BBC que "la idea de que existe un rango dentro de las atmósferas de Júpiter y mucho más de Saturno en las que el carbono podría ser estable en la forma de diamante parece razonable". 




La estrella más grande del universo conocida por el hombre está en problemas y quizás ande ya en cuidados intensivos, pues parece que el final se le acerca.
W26 es una estrella con un radio 1.500 veces más grande que el del Sol, que es de 695.000 kilómetros, o sea 1.045.000.000 kilómetros, por lo que si estuviera en donde está el Sol llegaría hasta más allá de la órbita de Júpiter.
Un grupo de astrónomos observó lo que parece la agonía de la estrella, que está expulsando sus capas externas y lo publicó en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
Las estrellas con decenas de masas más grandes que las del Sol viven poco tiempo, solo unos cuantos millones de años dado que agotan más rápido el combustible y explotan como una supernova. En comparación, la vida del Sol será de unos 10.000 millones de años.
Al final de su vida esas estrellas supermasivas se tornan inestables y expulsan considerable cantidad de material de las capas más externas, un material que ha sido enriquecido por las reacciones nucleares en la parte más interna e incluye muchos de los elementos necesarios para formar planetas como la Tierra, tales como silicio y magnesio.
La estrella se encuentra en el cúmulo estelar Westerlund 1, habitado por varios cientos de miles de estrellas, el cúmulo cercano más grande, a unos 16.000 años luz de la Tierra hacia la constelación sureña El Altar (Ara). A nuestros ojos la zona está llena de gas y polvo, lo que hace que sea difícil de ver en luz visible.
Al analizar las imágenes de Westerlund 1 los astrónomos encontraron que alrededor de W26 existe una enorme nube de hidrógeno resplandeciente, que se ve de color verde. Son nubes de gas ionizado. Este tipo de nubes son raras alrededor de estrellas tan grandes como la roja W26, que no es tan caliente como para hacer resplandecer el gas lo que sugiere que se encuentra en la fase terminal de su vida, desintegrándose.
La nebulosa alrededor de la estrella se parece mucho a la que rodea SN1987A, una estrella que explotó en supernova en 1987 en la Gran Nube de Magallanes.El final de un monstruo se acerca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario